lunes, 14 de septiembre de 2009

Un añito más



Cómo pasa el tiempo. Si es que parece que fue ayer cuando sale Maribel del baño diciendo que está embarazada. ¡Menudas caras se nos quedaron a todos! ¡hala! y mañana cinco añitos ya...
¿De quién van a ser?
Del Rey... El crack, el bichillo... la actividad personificada. Es un torbellino, un manojo de nervios, una pulguilla...
Con esos pelos y esos ojos
Esos calzoncillos ajustados
Esa sonrisa picarona

Es un chuletas y a la vez un buenazo... porque con lo pequeño que es -y ya no tanto- tiende a darnos lecciones a todos de saber estar, de educación, etc.
Y sino, con qué cara te quedas cuando te dice:

-Gracias!

y si te quedas callado... responde;

-Se dice: de nada!

La verdad es que no sé cómo describirlo, porque pese a que se parezca tanto a mí, sólo se me ocurren virtudes.
Es atento, cariñoso, paciente, sincero, modesto, gracioso, simpático, generoso, obediente, y así podría pasarme horas y horas.
Eso sí, quiero destacar algo fundamental para mí, y es lo buen hermano que es y ha sido siempre. Ahí es donde nos da a todos una lección cada día.



En definitiva.... es MI PELUSA.
¡FELICIDADES GORDITO!

martes, 8 de septiembre de 2009

Helecho de amor

Apareció en mi vida la primavera de hace unos años... Como quien no quiere la cosa. En un paseo, ¡zas! y de repente tropecé con él y vinieron a mi mente recuerdos de películas de amor. De las americanas, esas de las que las estás viendo y sabes que nunca te pasará algo tan romántico (o pasteloso, según se mire ) como pasa en las pelis...
Y lo dejé entrar en mi vida, al principio, como una mínima presencia. Con el tiempo, fue recogiendo protagonismo.
Estaba ahí cada día, constante, alegrando mis días, dándoles color. Me preocupaba por él, intentaba que no le faltara de nada.

Hasta que un día, decidí cambiarlo de lugar... Debía dejar de ocupar cierto sitio en mi corazón. Y empezó a marchitar. Aunque no sé qué marchitó antes: si él o mi corazón.
Le fue difícil acostumbrarse al cambio. Le costó... y nunca volvió a recuperar aquel color, aquel brillo que despuntaban sus verdes hojas... Pero lo intentó y sobrevivió al cambio. Se aposentó en una esquina del jardín, entre tanta flor nueva, entre tanto colorido, sin destacar.... Pero seguía ahí. Estaba en mi corazón.

Su presencia sigue ahí, aunque ahora ya no sepa si viene o si va, si florece o marchita...
Las últimas noticias, anunciaban una muerte. Pero la verdad, es que no me he vuelto a preocupar. Sólo espero que como yo, haya encontrado su lugar.